Método alternativo para eliminar células cancerosas.
He seleccionado la siguiente noticia debido a que me parece magnífica su contribución al campo de la oncología. Según el artículo, científicos americanos y británicos han descubierto un método para eliminar células cancerosas con menos efectos secundarios de los que estas técnicas implicaban anteriormente. Este consiste en unos pequeños discos magnéticos de hierro y níquel cuya magnetización de los átomos origina una especie de remolino magnético, que al aproximarse a un campo magnético alternativo provoca la oscilación de citados discos, la cual ejerce un efecto perturbador en el desarrollo de las membranas de las células cancerosas que conduce a su destrucción.
Obviamente, puesto que en los países desarrollados el cáncer es la segunda causa de mortalidad detrás de las enfermedades cardíacas, esta innovación ha de ser bastante esperanzadora tanto para la gente que sufre esta terrible enfermedad como para el resto de individuos que no la padecen y valoren su vida, pues recuerdo que el cáncer puede atacar de improviso a cualquiera, sin necesidad de presentar antecedentes familiares o problemas de salud; no olvidemos que muchos mueren y moriremos de cáncer. Por ello creo que deben seguir avanzando en este tema incesantemente. Dada la importancia de esta tarea me parece una lástima el poco apoyo económico de nuestro país a la investigación, con la cantidad de excelentes científicos que tenemos y que por culpa del maldito dinero no pueden terminar las investigaciones emprendidas, algunas de ellas premiadas científicamente. Claro que también cabe destacar que mientras sigan siendo tan lucrativos económicamente los tratamientos actuales, no es de extrañar que muchos no favorezcan el avance para lograr una cura para el cáncer, ya que existen aquellos para los que nuestra salud es un negocio más.
Ratifico mi deseo, ojalá continuen surgiendo avances de este tipo, que eliminen las células cancerosas y conserven las que no lo son, pues es consabido que la quimioterapia resulta un tratamiento de lo más salvaje, que deja al paciente sin defensas e incluso llega a inutilizar las venas. En consecuencia, opino que todos deberían sentirse obligados a fomentar e impulsar la evolución científica en este campo, para que aquellos que pese a tener interiorizado que su enfermedad es incurable y sólo tratable por quimioterapia, sean capaces de superar la pandemia de nuestro siglo sin ese trance tan duro y cruel -la quimioterapia- al que deben someterse actualmente.
De momento, al margen de los beneficios de la técnica comentada, que podrían ser inmensos si se aplica la técnica y se certifica definitivamente que no afectará a las células sanas, únicamente a las cancerosas, pero que ni aun así me atrevería a aventurar el final del cáncer, solamente nos queda la resignación y estar preparados ante la posibilidad de que esta desdicha nos pueda ocurrir.
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