El cambio climático puede disparar las guerras civiles en África
La noticia que he seleccionado nos desvela algunos de los efectos indirectos, no por ello menos adversos, del cambio climático. Abreviando la información, señalar que hasta ahora se había hablado mucho de las consecuencias medioambientales y climáticas del calentamiento global. Pero el aumento de las temperaturas también tendrá un efecto bélico.
Según un estudio dirigido por la Universidad de California en Berkeley (Estados Unidos), el cambio climático podría aumentar la probabilidad de la guerra civil en el África Subsahariana. En su estudio, los investigadores combinaron primero datos históricos sobre guerras civiles en el África subsahariana con los registros de lluvias y temperaturas de todo el continente. Resulta sorprendente que leves aumentos de temperatura sean capaces de incrementar los conflictos bélicos en estas áreas y el consecuente número de víctimas mortales. ¿Es posible que un clima caluroso desate la agresividad del hombre? Pero con lo terrible que es el dato ¿por qué permitimos que cada vez vaya a más? ¿Quizás esta situación de inestabilidad en el continente africano nos resulta provechosa? De hecho, hay muchos que piensan así, pues de este modo, con un lugar hostigado por el clima y por sus ya de por sí lamentables penurias, aseguran la continuidad de sus fructuosos negocios. Por otra parte se encuentran los que no tienen inversiones en África pero les importa un pito cualquiera de los daños colaterales derivados de su ritmo de vida-la práctica totalidad de ciudadanos-, nadie renuncia a los beneficios del estado de bienestar, qué importa que haga calor o guerreen y mueran los africanos si puedo desplazarme ir fácil y rápido en mi vehículo impulsado por gasolina, acaso alguien notará que incendie 1000 hectáreas forestales para urbanizar, menudo disparate.
Como vemos, nuestra actitud egoísta hacia el medio ambiente, con incendios forestales provocados intencionadamente, excesiva utilización y abuso de los combustibles fósiles, o muchos de los productos y energías que consumimos, en adición a la siempre presente codicia también pueden acabar con vidas. Lamentablemente, se trata de un problema con el que habremos de convivir, nosotros y los principales damnificados por él. Las catástrofes que propicia el hombre añadidas a las producidas por la Naturaleza no nos conducen a buen rumbo-a nadie-, y llegará el momento en que dichos riesgos se introduzcan verdaderamente en esta esfera de cristal donde habitamos.
